Un antiguo rencor
Book Excerpt
--Mi abuelo no pondría buena cara á un miembro de la caballería ligera de la burguesía parisiense....
--Que podría entrar en la aristocracia tan fácilmente.
--¡Bonita ventaja!
--Un bonito nombre cuadra muy bien á un hombre arrogante.
--Prima, ¡tú te propasas!
--Pero, en fin, ¿á qué viene ese empeño de no llevar tu nombre?
--Porque yo soy un hombre de negocios.
--Déjalos.
--Dios mío, ¿y en qué pasaré mi tiempo?
--En ocuparte de mí.
Á estas palabras siguió un largo silencio, como si Roussel hubiera estado midiendo todo el fastidio de semejante proposición y la señorita Guichard calculando toda su inverosimilitud. Por fin, Clementina reanudó la primera la conversación y dijo:
--¿Por tan fútil motivo vas á causarme una pena seria?
--Mi motivo no es más fútil que tu deseo.
--¿Tan testarudo eres?
--¿Y tú tan vanidosa?
--¡Tan desgraciado serías por haberme hecho baronesa!
--¿Y no es, acaso por serlo por lo que tanto deseas que nos casemos?
Aquí se detuv